martes, 16 de agosto de 2011

DONATIVOS AL TEMPLO. LA VIUDA POBRE. Mc 12,41-44.

(Lc 21,1-4).

41Se sentó enfrente de la Sala del Tesoro y observaba cómo la gente iba echando monedas en el tesoro; muchos ricos echaban en cantidad. 42Llegó una viuda pobre y echó dos ochavos, que hacen un cuarto. 43Convocando a sus discípulos, les dijo:
-Esa viuda pobre ha echado en el tesoro más que nadie, os lo aseguro. 44Porque todos han echado de lo que les sobra; ella, en cambio, sacándolo de su falta, ha echado todo lo que tenía, todos sus medios de vida.

EXPLICACIÓN.


41-44. Perícopa final de la sección: Se contrapone al tríptico inicial (11,17: dinero, explotación del pueblo). La viuda, miembro débil de la sociedad (12,40), representa al Israel fiel (cf.  Jr 51,5), que, en medio de esa realidad corrompida, ama a Dios como absoluto (44: todo, todos, cf. 12,30). Jesús convoca a los discípulos, que no habían aceptado su exigencia de dejar la riqueza (10,23-26). No son los ricos de Israel quienes valen a los ojos de Dios, sino los que ponen su confianza en él y no en el dinero. Esta confianza equivale a la del discípulo (10,21: «tendrás en Dios tu tesoro»), La viuda, antítesis de los dirigentes, infieles a Dios por su amor al dinero (44).

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